Álex Char Chaljub defiende el trabajo que hace en la calle con la gente. Asegura que es la mejor forma de escuchar sus necesidades y construir agenda de trabajo. “Eso es lo que le hace falta a Colombia”, dice.
Por eso, durante su paso por la alcaldía de Barranquilla poco se lo veía en la oficina, sino en los barrios supervisando las obras y atendiendo a la comunidad. “Algunos se reían de mí porque en la última alcaldía no fui más de tres veces al despacho”, recuerda.
Este barranquillero, de 56 años, pertenece a una poderosa familia con millonarios intereses económicos. Es dueña del Junior, el equipo de fútbol insignia del Caribe, y de la cadena de almacenes Olímpica. Nació en Barranquilla en 1966; es hijo de Fuad Char, reconocido empresario y tradicional dirigente político de la región Caribe, y Adela Chaljub, quien ya falleció.
Está casado con la exreina del Carnaval de Barranquilla Katya Nule Marino, con quien tiene dos hijos: Mariana y Alejandro.
Álex, como lo llama la gente de a pie que lo descubre en cualquier calle de Barranquilla, es discreto, siempre luce una gorra de beisbolista. “Esa es mi identidad. Porque soy una persona que para en la calle”. Y es la misma excusa que utiliza para referirse al hecho de no asistir a los debates presidenciales con los medios.
Estudió Ingeniería Civil en la Universidad del Norte de Barranquilla, realizó una especialización en alta gerencia en la Universidad de los Andes y una maestría en gerencia de proyectos del Georgia Institute of Technology, en Estados Unidos.
En 1997 fue concejal, luego aspiró a la gobernación del Atlántico (2003) y perdió en las urnas, pero la autoridad electoral le reconoció su triunfo cuando apenas faltaban 9 meses para culminar el periodo. Siguió su paso a la alcaldía de Barranquilla, en donde consolidó una estructura política que le permite seguir manejando los hilos del poder.
Fue designado en el 2012 alto consejero para las Regiones de la Presidencia de la República.
De acuerdo con las encuestas hechas en su momento, Char fue considerado el alcalde más popular del país. Primero, entre el 2008 y 2011, y del 2015 al 2018, tuvo uno de los mejores desempeños como funcionario público. Aunque algunos contradictores reconocen que su gestión le ha cambiado la cara a Barranquilla, otros advierten de rezagos en temas clave como la pobreza.
Durante su administración se construyeron colegios, puestos de salud, parques, zonas lúdicas, espacios deportivos y zonas verdes. La administración de Char también es recordada por haber canalizado seis de los arroyos más peligrosos de Barranquilla, pavimentar 600 kilómetros de tramos viales en barrios populares, sembrar 250.000 árboles, incorporar al sistema educativo a más de 60.000 niños, crear unos 89.000 empleos, y por proyectos de gran acogida como el Gran Malecón del Río, el gran referente turístico de la Arenosa.
Al momento de decidir que su nombre jugaría para las presidenciales, se dio a la tarea de conseguir dos millones y medio de firmas en un mes, lo que le permite ser miembro de la coalición Equipo por Colombia como precandidato presidencial, consulta que espera ganar para quedar listo para las elecciones presidenciales 2022 de la derecha colombiana.
Álex es visto como el sucesor de su padre, el octogenario Fuad Char, creador del emporio político y económico de la familia. Es el segundo de los tres hijos de Fuad. Su hermano mayor, Antonio, está al frente del Junior y de varios negocios de la familia. Y Arturo, el menor, es senador. Los barranquilleros dicen que los Char son conocidos porque “saben guardar su inteligencia”. Y lo dicen porque no son muy dados a hablar. Y menos en público.
“Desde que me hice concejal de Barranquilla, hace 24 años, me identifica un diálogo permanente en el bordillo, en el barrio”, dice el hoy candidato cuando le preguntan por qué no asiste a debates.
Pero también ha estado en el ojo del huracán, salpicado por las revelaciones de su pasado como gobernante y más recientemente tras el escándalo de la exsenadora prófuga de la justicia Aida Merlano.
Más allá de su relación personal, aparecieron acusaciones por la supuesta compra de votos y casos de financiar una campaña. Los golpes los ha recibido de todos lados, por lo que ha decidido esperar que la justicia resuelva.
“Los que estamos en el ejercicio de la política, y hemos sido ordenadores del gasto, estamos en riesgo, pero no tengo nada que me preocupe”, responde de manera reiterada ante la pregunta que le hacen cada vez que lo entrevistan, al enfatizar que en los últimos 20 meses no ha comparecido ante ningún estrado judicial. La coalición Equipo por Colombia le ha mantenido su respaldo.
“Mi aspiración a la presidencia está respaldada por la gente. Nació del voto de confianza ciudadano expresado con firmas, gracias al contacto cara a cara y casa a casa. Yo soy un candidato de la gente y no los voy a defraudar”, concluye Char para dejar en claro que pese a las denuncias y los escándalos que han tratado de empañar su candidatura, se mantiene firme en su aspiración de llegar a la Casa de Nariño.