Carlos Alberto Zuluaga Arroyave, uno de los mayores fabricantes y traficantes de armas de fuego para las organizaciones criminales, fue capturado en Bogotá.
El inmueble tenía como fachada una floristería donde se encontraron el taller para el ensamblaje.
Zuluaga llevaba 15 años en la obtención, ensamblaje y venta de armas. Conseguía fusiles, ametralladoras, lanzagranadas y otros elementos que eran extraídos de sedes militares en Cundinamarca, Tolima y Meta; así como en el mercado clandestino.
Luego preparaba las armas en un taller artesanal en su casa y después las comercializaba a las estructuras del ‘clan del Golfo’ en Antioquia y Córdoba, a las disidencias de las Farc en Meta, Caquetá y Cauca y al Eln en el suroccidente del país.
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Zuluaga vendía armas a los grupos disidentes y al Eln en Cauca, para que se enfrentaran entre sí por las rutas del narcotráfico. El ‘Gurú’ de las armas, como sería conocido por la criminalidad, cayó con su esposa, Rosa Helena Maya, en el barrio Normandía, en el occidente de Bogotá. El inmueble tenía como fachada una floristería donde se encontraron el taller para el ensamblaje de las armas y algunas piezas para fusil.
Un fiscal imputó a la pareja los delitos de concierto para delinquir, fabricación, tráfico y porte de armas, municiones de uso restringido, de uso privativo de las Fuerzas Armadas o explosivos y enriquecimiento ilícito de particulares. Los procesados deberán cumplir medida de aseguramiento en centro carcelario.
