Elevar a rango constitucional los derechos a la alimentación y nutrición adecuada, y a no padecer hambre, y así mismo, crear un mandato específico para que el Estado garantice estos derechos, es lo que buscan la Comisión Primera del Senado de la República, que dio un fuerte espaldarazo a este Proyecto de Acto Legislativo.
Se aprobó el primer debate esta iniciativa, al declararse totalmente de acuerdo con el alcance de sus objetivos, mediante una votación unánime por parte de todos los senadores que conforman la Comisión.
El senador Roosvelt Rodríguez Rengifo (Partido de la U), ponente del proyecto de Acto Legislativo No. 011 de 2021 senado por el cual se modifica el artículo 65 de la Constitución Política de Colombia, destacó que con la mencionada norma, “el Estado garantizará el derecho a la alimentación adecuada y a estar protegido contra el hambre y la desnutrición. Así mismo promoverá condiciones de seguridad alimentaria y soberanía alimentaria en el territorio nacional”.
Según la FAO el 8.9% de la población global padece hambre y alrededor del 25% se encuentra en condiciones de inseguridad alimentaria severa o moderada.
Estadísticas:
En el marco de la amplia discusión se conocieron cifras preocupantes en Colombia sobre el hambre y la desnutrición.
Según el ponente de la iniciativa, “antes del inicio del aislamiento preventivo obligatorio, nueve de cada 10 hogares en Colombia, el 90.1%, consumía como mínimo tres comidas diarias. A diez meses del establecimiento de dicha medida se tiene que dicha proporción se redujo a poco menos de 7 de cada 10 hogares, es decir el 68.6%, lo que representa una caída de 21.5 puntos porcentuales de hogares en situación de inseguridad alimentaria”.
Agregó, al citar cifras de la FAO (Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura), mencionó que “el 8.9% de la población global padece hambre y alrededor del 25% se encuentra en condiciones de inseguridad alimentaria severa o moderada”.
Según el senador Julián Gallo Cubillos (Partido Comunes), “si hay un factor que muestre la injusticia social es que sus ciudadanos padezcan hambre. No existe justificación para que la ciudadanía tenga que padecer hambre. Esa angustia afecta esencialmente a la niñez. Es una tragedia humanitaria que refleja las diferencias sociales”.