La misma comisión del Concejo de Medellín, que había hundido hace dos meses la petición de la Alcaldía y EPM para vender las acciones en UNE, volvió a negar este martes en primer debate el nuevo lance del gobierno municipal por despegar un negocio que está embolatado desde hace un año y por el cual espera recibir entre $2,3 y $2,8 billones.
La Comisión Primera está integrada por siete concejales, sin embargo, desde el comienzo del debate el aforo quedó incompleto porque al concejal Carlos Andrés Ríos le fue aprobado un impedimento para intervenir en la discusión porque un hermano suyo trabaja en Tigo.
Por eso al momento de votar las cargas quedaron iguales: Babinton Flórez, Aura Marleny Arcila y Carlos Mario Romero dieron el sí; pero Sebastián López, Daniel Duque y Simón Pérez negaron el aval a la venta.
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Tras el empate, la votación se repitió con igual saldo: 3-3. Cuando esto sucede, según el reglamento del Concejo, se entiende que el proyecto de acuerdo se niega.
La Alcaldía, luego del nuevo revés, anunció en cabeza del secretario de Hacienda, Óscar Hurtado, que apelará la decisión ante la plenaria.
El mismo debate
Los motivos oficiales para vender tienen que ver con la posición en la que terminó EPM respecto a Millicom en el proceso de fusión celebrado en 2014. La empresa cedió el control de la sociedad, lo que para Guillermo Maya, profesor de la Universidad Nacional que le ha hecho seguimiento a este proceso, dejó a la empresa prisionera.
“Eso fue un mal negocio. EPM no recibe mayor rendimiento. Y aunque al problema se suman los tiempos de la cláusula, la solución no es quedarse. Si no se puede recuperar el control, hay que terminarlo. La empresa no tiene qué más hacer ahí”, expresó.
La cláusula a la que se refiere Maya fue la que conocieron los concejales bajo confidencialidad la semana pasada. Lo que se sabe es que la figura estará activa hasta 2024 y funciona como un comodín para que EPM pueda ejercer su derecho de salida de la sociedad.
El mecanismo permite que EPM le ofrezca su participación a Millicom de forma preferente. Si esto no sucede, EPM perderá una gabela que no es menor: poner en venta el 100% de las acciones de la sociedad. Eso obligaría a que ambas empresas salgan a vender en conjunto toda la empresa antes de agosto de 2024.
Este escenario podría impactar negativamente la valoración que hasta ahora se hace del negocio, por lo que lo que pase en los próximos nueve días será clave en este debate de ciudad. “El problema de credibilidad que ha causado Quintero lo tiene enfrentado con el Concejo, pero retrasar la venta no es la mejor salida, dadas las circunstancias. Hay gente que llora la salida del negocio, cuando no hay cómo remediarlo”, concluyó Maya.