Para Felipe Buitrago, quien hasta diciembre desempeñó el cargo de viceministro de Creatividad y Economía Naranja y quien entró en funciones como Ministro de Cultura en reemplazo de Carmen Vásquez, la cultura, en su sentido más general, es “aquello que nos define, aquello que nos da identidad, que nos permite conectarnos y comunicarnos y construir sociedad”.
Cuando pasa al plano de la cultura contemplada en la política pública, lo limita a tres temas que considera esenciales: el primero es la memoria y el patrimonio, “donde concentramos esos rasgos que llevan nuestra historia social”.
Por otro lado está un componente que él denomina como el “creativo y artístico, que es la parte donde la cultura siempre está innovando, generando nuevas tendencias”.
Finalmente, está una en la que el nuevo ministro se ha desempeñado con mayor énfasis: la gestión de emprendimiento, “que es lo que se da cuando se quiere convertir esa memoria y ese patrimonio en una forma de vida o articular esa actividad creativa con otros elementos de producción y distribución”.
Durante un periodo de crisis para el sector cultural, tras un año de pausa en la mayoría de sus actividades, EL COLOMBIANO charló con Buitrago acerca del panorama que recibió como Ministro de Cultura y las alternativas que se han puesto en marcha para un sector que se siente a su suerte durante esta coyuntura.
Cuando Mariana Garcés estaba al frente de esta cartera, era claro que una de sus prioridades era la lectura. ¿Cuál es la suya?
“Desde el Plan Nacional de Desarrollo estamos con una política clara de descentralizar y democratizar el acceso a la cultura. Parte de eso incluye cerrar brechas de lectura entre el campo y la ciudad y para eso tenemos un programa de bibliotecas itinerantes. Ya tenemos 300 activadas y este mes activaremos 150 más. También estamos fortaleciendo el programa de escuelas taller, no solamente porque estamos con la meta de aumentar cinco (de 10 a 15), también hemos innovado con la creación de los talleres escuela que nos permiten llegar, más en profundidad, directamente a los sabedores y los maestros artesanos para mejorar sus condiciones de vida y conectarlos con sus aprendices para que ese patrimonio viva.
Además, estamos con la misión de hacer que la cultura sea mucho más presente y protagónica en el desarrollo de comunidades, ahí tenemos trabajos en municipios categoría seis y en Bogotá, que son las áreas de desarrollo naranja. Estamos en ese fortalecimiento de lo que son las oportunidades a nivel de la cultura, pero no solamente la cultura por la cultura, sino alrededor de generar un mejor entorno rural, urbano y condiciones de articulación entre quienes hacen parte creativa, quienes hacen la parte de producción y quien hace la parte de la circulación.
Nosotros trabajamos de manera integral, no estamos enfocados en una sola actividad, sino que nos interesa que todas las expresiones y disciplinas tengan sus espacios, su formación, creación, circulación y finalmente el propósito clave son los derechos culturales de los colombianos, como está consagrado en la Constitución, que es el acceso al disfrute de la cultura. Que no nos limitemos a una cosa, sino que trabajemos de manera integral en todos los frentes para que así permanezca viva y sea protagonista del desarrollo del país”.
Con ese propósito de descentralizar y democratizar la cultura, ¿cuál es el enfoque para que cada departamento potencialice su
capacidad?
“Precisamente el desarrollo de capacidades a nivel local es una de las prioridades que tenemos. El año pasado, en el marco de la pandemia, expandimos el programa de diplomado para la formulación y desarrollo de proyectos culturales, que ha manejado el Ministerio, de 100 a 600 cupos, y este año lo vamos a llevar a 2.000 para construir capacidad en territorio. A final del día, la cultura es algo que se hace desde el territorio no desde el escritorio. Necesitamos que sean los secretarios de cultura, gestores en lo local, quienes propongan las ideas.
Por otro lado, en el marco de las agendas creativas, tenemos los compromisos de ReactivARTE, ahí ya tenemos 10 nodos que han generado agendas creativas en 10 departamentos, en la mayoría de los casos articulando capitales con otros municipios y tenemos otros siete que están elaborando sus agendas creativas y estamos trabajando en casi 10 mesas de trabajo en otros departamentos.
Según el tamaño y las capacidades, estamos articulando diferentes actores: departamentos, ciudad capital, municipios aledaños, cámaras de comercio, consejos de competitividad, universidades y agremiaciones comunitarias artísticas y gremios desde industrias culturales y creativas. Está el sector público articulado en lo nacional, departamental y municipal distrital y el sector privado con la academia y la comunidad creativa. No estamos diciéndole al territorio cómo debe ser su desarrollo local, sino cómo es su vocación local y, a partir de eso, acompañamos el proceso de generar un plan y de poner proyectos ancla y de apoyo”.
¿Ha habido una revisión de cómo ha estado el sector durante la pandemia? ¿Cómo lo miden para tomar decisiones y que la cultura no muera?
“La cultura nunca muere, la creatividad y la cultura nunca se detienen, pero las actividades económicas y los ingresos para la gente que está en la cultura sí sufren mucho y, sin duda, la pandemia ha sido el mayor reto y la mayor crisis que ha enfrentado el sector en su historia o por lo menos en un ciclo. En ese orden de ideas, eso nos ha llevado a tomar una serie de medidas y decisiones por un lado creativas, por otro lado osadas. El año pasado, en medio de la crisis, tuvimos que enfrentar una contracción del consumo de los hogares, siendo en la cultura muy fuerte, suponiendo un 20 %. Esto, a su vez, significó una caída del orden del 16 o 17 % en el empleo del sector, una crisis muy fuerte.
Por eso, con el presidente Iván Duque tenemos los Compromisos por Colombia y dentro de eso está el compromiso ReactivARTE que tiene tres componentes dirigidos a recuperar dos cosas: entre 80.000 y 100.000 empleos que siguen haciendo falta en el sector y que se generaban antes de la pandemia y, por otro lado, recuperar los ingresos de quienes mantienen su trabajo en el sector, pero que han disminuido sus ingresos. Para esto tenemos ejes de trabajo como el fortalecimiento de la financiación. Ahí trabajamos muy de la mano con los ministerios de Comercio y Hacienda, el Fondo Nacional de Garantías, Findeter y Bancoldex, para fortalecer las vías de crédito especializadas que tienen periodos de gracia, garantías y tasas compensadas que necesita el sector.
Naturalmente, esto no le sirve a todo el mundo, hay gente que trabaja de una manera más informal. El año pasado se colocaron 27 billones de pesos en créditos para la cultura en más de 130.000 operaciones, de las cuales más del 70 % del valor de los montos asignados corresponden a mipymes y personas naturales. Esa es una estrategia que sirve para una parte importante de la actividad cultural.
Segundo, hay una cantidad de actividades culturales que necesitan una participación mixta entre inversión y donación. Ahí tenemos un paquete ambicioso: incentivos tributarios para inversiones o donaciones al sector de la cultura, en tres mecanismos: empresas de economía creativa o economía naranja, de turismo cultural, del deporte y la recreación que se presenten al programa de rentas exentas, un compromiso de hacer inversiones y crecer, les permite disfruta de siete años con pago de impuestos de renta a cero. Ahí ya tenemos 518 empresas durante el programa, más de 430 se inscribieron y fueron beneficiarias durante la pandemia y esas ya han hecho el compromiso de invertir más de 142.000 millones de pesos para su crecimiento, mediante la creación de 4.600 empleos formales. Esto es importante para que el sector se mueva y se formalice.
Segundo mecanismo, queremos convertir a Colombia en un hub de producción audiovisual. Para eso tenemos que traer capitales, experiencia y producciones extranjeras. Ya veníamos trabajando ese esquema desde la Ley 1556, pero se venía trabajando con recursos muy limitados en el FDC (Fondo de Desarrollo Cinematográfico).
Creamos, como parte del Plan de Desarrollo, los certificados de producción audiovisual. A través de ellos, el año pasado, en cuatro meses, logramos activar 17 producciones por 257.000 millones de pesos que crean más de 5.000 empleos directos y alrededor de 15.000 indirectos. Esto es parte de la reactivación y para este año queremos duplicar el número de proyectos y las inversiones para el desarrollo audiovisual en el país.
Esto se complementa con los incentivos que tenemos para la producción audiovisual nacional y, además, hay una tercera herramienta que son las convocatorias de Co-crea que es el decreto 197 del año pasado, que formaliza una exención tributaria a quien haga inversiones en proyectos de economía creativa. El año pasado hubo más de 530 proyectos, 440.000 millones de pesos, se aprobaron un poco más de 190 proyectos 200.000 millones de pesos. Para este año hemos duplicado el cupo y tenemos hasta para apalancar inversiones hasta por 9.000 millones de pesos para este campo, de manera que podamos llevar activación, generar una corresponsabilidad entre sector público, privado y cultura y generar incentivos.
El tercer eje es la modernización y la articulación de lo institucional. Por un lado tenemos Reactivarte que nos ayudó a mejorar pertinencia de algunas legislaciones: nos permitió crear el fondo para la promoción de patrimonio, las artes y la creatividad Foncultura, permitió también sensibilizar la ley de espectáculos públicos y devolverle el 20% de las estampilla procultura de los territorios y hacer permanente una reducción de la retención en la fuente que tiene la cultura que bajó del 10 y 11 al 4 %.
Con estas medidas y con la estipulación del Consejo Nacional de Economía Naranja estamos fortaleciendo la formación para el trabajo, la promoción internacional, la digitalización y el acceso a medidas tecnológicas, también el fortalecimiento de la protección social de los artistas y para este año vamos a aplicar un programa que lanzamos el año pasado que se llama Contando lo que somos, corresponsabilidad con los departamentos.
Sumando recursos creo que vamos a lograr para lanzar convocatorias departamentalizadas para llevar recursos directos a los sectores, artistas y entidades sin ánimo de lucro. Esto es el compromiso que creemos que ya está teniendo un impacto importante en la recuperación del sector, aún cuando tenemos incertidumbre con la apertura local de salas de cine, teatro y el regreso de los espectáculos en vivo mientras se consolida la reactivación segura y la vacunación masiva”.
Hace unos días decidió cambiar la dirección del Museo Nacional, ¿por qué? ¿Qué vislumbra bajo la dirección de Juliana Restrepo?
“Preferiría no comentar porque todavía estamos tomando decisiones internas que serán comentadas, más adelante, con mucho más detalle”.
¿Cuál ha sido el impacto de las áreas de desarrollo naranja en Antioquia?
“En el caso del Perpetuo Socorro es evidente el proceso que ya se venía dando y el fortalecimiento que se ha dado. Nos cogió la pandemia, lo que ha detenido o modificado parte de las medidas, sin embargo, con la agenda creativa que construyeron la ministra Carmen Vásquez y el alcalde Quintero se evidencian las inversiones en el municipio, el acompañamiento que hace el Ministerio y la corresponsabilidad de privados liderados por Comfama, la Cámara de Comercio y Ruta N para que ese espacio de Medellín se convierta en un polo de desarrollo desde la creatividad.
Lo mismo en La Ceja, el año pasado estuvimos en la activación de esta ADN (Área de Desarrollo Naranja) y hay inversiones interesantes de la Alcaldía, un acompañamiento del Ministerio y ya tenemos una sala de danza. Seguiremos trabajando con las regalías y otros mecanismos de financiación para que la inversión se concentre en áreas donde haya un mayor impacto para la comunidad.
Hoy por hoy tenemos 43 áreas de desarrollo naranja en 18 municipios de 10 departamentos, luego el balance es que vamos por buen camino, pero estos son procesos de transformación del territorio de mediano y largo plazo. Algunas de las inversiones se ven a corto plazo como en el caso de Perpetuo Socorro, otras tomarán más tiempo, como la del Bronx en Bogotá, que necesita unos procesos y tiempos diferentes.
Aquí lo importante es que tengamos en cuenta que la cultura y la inversión en cultura no es un asunto de un periodo de gobierno, es generacional que tiene que hacerse con un plan, con sostenibilidad, con mucho sentido de noción de ciudad.
Hace más de 10 años “venció” el plan decenal de cultura de 2000 a 2010 y desde hace casi dos años estamos trabajando en la actualización. Este año se harán las consultas abiertas con la comunidad y hago un llamado importante a los antioqueños a que participen activamente en esa actualización que tendrá un impacto importante en lo que tendrá que ser la transformación digital y la convergencia que se da entre cultura y tecnología en este momento que estamos viviendo y los que tenemos además de la pandemia”
Fuente: EL COLOMBIANO