Con su empresa recién fundada, en 2012, Alejandra Echevarría tomó los 60 trajes de baño que había diseñado y confeccionado y se fue para las playas de Coveñas a venderlos.
Fue su primera gran venta, de la que paradójicamente no le quedó un solo peso, porque le robaron la billetera, así que se quedó sin vestidos de baño y sin dinero.
Esa situación en vez de desmotivar a esta administrado de empresas y diseñadora de modas antioqueña la llevó a trabajar más fuerte al punto que hoy su empresa Oleaje es la encargada del vestuario de las concursantes del reality Desafío, de Caracol.
Ella ha sido la encargada en las últimas tres temporadas del programa de diseñar y fabricar los trajes de baño que lucen las representantes de cada una de las regiones en competencia.¿Cómo llegó al programa, cómo fue ese paso inicial?
“Hace 3 años me hicieron unas entrevistas en televisión, yo me iba a estudiar inglés a Toronto porque mi idea es llevar mi marca a todo el mundo, pero antes del viaje me llamaron de Caracol y me propusieron trabajar para Desafío, obviamente les dije que sí, vi una gran oportunidad, comencé a diseñar todos los vestido de baño de competencia de agua de las niñas y los trajes que usan por fuera de las pruebas, con prendas de mi colección”.
¿En cuántas ediciones de Desafío ha estado su marca?
“Esta es mi tercera temporada diseñando los trajes de baño, el año pasado no hubo programa por la pandemia, este 2021 volvemos a estar con ellos, nuevamente con los trajes de competencia de las niñas, solo nos enfocamos en línea femenina y el vestuario para los momentos de ocio.
Aprovechamos para lanzar nuestra línea de playa con pantalones, faldas y accesorios}, que también van a usar las participantes”.

Este año Desafío no es en la playa, sino en la selva ¿Cuál es el concepto para esta nueva ambientación?
“Este año es en Colombia en un lugar donde no hay playa, pero sí hay muchas pruebas en agua en piscinas y ríos, entonces desarrollamos una línea muy acorde a este nuevo formato, con trajes de baño cómodos, que les permita correr y hacer las pruebas sin que haya accidentes.
Es una colección muy bonita de acuerdo a los colores que Desafío tiene para cada equipo. Además, lo que van a usar por fuera de las competencias son trajes de nuestra colección, son prendas que dan la sensación de alegría, de convivencia”.¿Tiene contacto directo con las participantes?
“Contacto directo con los participantes no hay, aunque muchas de ellas cuando salen del programa me buscan para tener los vestidos de baño.
El diseño y el proceso se hacen a la distancia, desde antes del inicio de la grabación me pasan los requerimientos, los colores y yo les paso las muestras, hacemos unas pruebas y se confecciona toda la producción, generalmente las niñas en el Desafío tienen una talla entre S y M, muy pocas L y sobre eso se hace la producción.
Me dicen cuántas son las participante por equipo y se envían dos diseños para cada niña, cuando se van deteriorando por el uso, entonces se hace reposición para que ellas estén muy bien presentadas”.¿Mantiene contacto con las exparticipantes?
“Muchas de ellas se convierten en mis aliadas, tanto así que para el lanzamiento de mi reciente colección una de las modelos es una de las participantes de hace tres temporadas, Karen Cano, además con varias de ellas tenemos alianza para que usen mis trajes de baño, ellas creyeron en mí y en mi marca”.
EL COLOMBIANO