El archipiélago de San Andrés, Providencia y Catalina fue el departamento invitado a la feria Sabor Barranquilla. Una mirada a su agricultura, base de su gastronomía.
La fruta del árbol de pan parece una guanábana. Es grande y verde. Pero su interior es muy diferente. Si uno la ve preparada podría pensar que es yuca, pero al llevarla a la boca el sabor es muy distinto: recuerda, precisamente, al pan.
En San Andrés existen 2.992 árboles de pan, según Domingo Sánchez McNaab, técnico profesional en Ingeniería Agropecuaria y funcionario de la Secretaría de Agricultura y Pesca de San Andrés. De esos, 1.347 no tienen dueño; es decir nadie se ocupa de recoger sus frutos y menos de comerlos. Para Sánchez McNaab, cada isleño debería tener en su patio por lo menos dos árboles de pan: uno para consumo propio y otro para comercializar.
Y sus ideas no solo hablan de este fruto oriundo de Polinesia y que fue diseminado por el Caribe gracias al Bounty, un barco cisterna que llevó decenas de árboles del Pacífico al Caribe para que estos sirvieran de alimento a los esclavos. No, sus ideas hablan de que cada habitante de la isla tenga su propia huerta, que sea autosuficiente. Y esto, incluso, le ha llevado a ganarse varios enemigos.
El tema es, en todo caso, que el agricultor más joven del departamento, Charlie Pareja, tiene 38 años. Y nadie quiere seguir su legado.
Domingo estudió Zootecnia en el interior, en Bogotá. Pero al regresar a la isla empezó a darse cuenta de que todo lo aprendido poco le servía pues el hábitat en San Andrés es muy diferente. De hecho, con solo ver el lado oeste y el lado este ya se notan las particularidade: mientras en el oeste no crece vegetación y las playas son rocosas, en el lado este es donde se encuentran las playas y el suelo es apto. Y esto se explica en la gran barrera coralina que protege la isla y permite que existan playas como la de San Luis.
Además, hay que entender que el suelo es diferente, pues mientras en el continente las plantas pueden aprovechar un suelo profundo, en el archipiélago el material orgánico tiene de 10 a 15 centímetros de profundidad.
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