La apretada coalición con la que el alcalde Daniel Quintero ha logrado mantener el control del Concejo de Medellín durante los últimos tres años podría volverse minoría en las próximas semanas. Al tiempo que el ajedrez político local se reconfigura de cara a las elecciones de octubre, en las que Quintero busca mantener a su partido en el poder, varios antiguos aliados del mandatario han comenzado a distanciarse y subir el tono de sus críticas en contra del gobierno local, dejando en el aire la posibilidad de una recomposición de fuerzas en esa corporación.
Paradójicamente, las nuevas grietas en el bloque quinterista han comenzado abrirse paso justo en las curules que han sido ocupadas por sus alfiles más cercanos, abarcando espectros que pasan por el liberalismo, el conservatismo y el Partido Verde.
El viraje más reciente ocurrió en las toldas liberales, luego de que el Consejo de Estado confirmara la pérdida de investidura de la concejala Aura Marleny Arcila el pasado 9 de mayo, cuando determinó que violó el régimen de inhabilidades por tener un hermano trabajando en el Instituto para el Desarrollo de Antioquia (Idea).
Junto a su coequipero Fabio Humberto Rivera, quien logró quedarse con la presidencia del Concejo y liderar la coalición de gobierno durante este último año del cuatrienio, Arcila era una de las cabildantes más cercanas a la administración distrital.
Sin embargo, la política será reemplazada por Carlos Mario Mejía, más conocido en el mundo político como el Flaco Mejía y que en las pasadas elecciones ocupó la tercera posición en la lista de los rojos, con 10.863 votos.
El caso de Mejía es especial por varias razones. Por un lado, su nombre se hizo conocido durante los últimos años por ocupar el cargo de secretario de Movilidad entre 2021 y 2022.
Tal como lo registró entonces este diario, el político renunció a su cargo el 9 de mayo de 2022, en medio de la desbandada de secretarios que dejaron sus despachos justo en la antesala de la campaña presidencial.
Pese a esa cercanía inicial con el alcalde, Mejía no llegaría a mantener el voto de gobierno de Arcila en el Concejo. Aunque el político ha sido cauto en sus declaraciones (incluso declinó una entrevista con este diario para consultar su versión), su distanciamiento con el alcalde se vendría por cuenta de que su jefe político es el exdirector del Área Metropolitana y hoy precandidato a la Gobernación Eugenio Prieto Soto.
Prieto, que hoy integra una coalición que se ha autodenominado antiquinterista (integrada también por el exalcalde de Rionegro, Andrés Julián Rendón; el exsenador Juan Diego Gómez y el exdirector del Idea, Mauricio Tobón), ya se ha desmarcado públicamente del gobierno distrital.
“Yo no hice parte del gobierno de Daniel Quintero. El último cargo público que tuve fue con Federico Gutiérrez como alcalde. Incluso voté por Federico Gutiérrez a la Presidencia. Hay personas que tomaron unas decisiones y hay unos antecedentes de por qué lo hicieron y que hoy no están en ese gobierno, porque ya no comparten lo que vino pasando. Que como ellos, muchos otros fueron llevados por un discurso, por una propuesta, pero la propuesta se fue desdibujando en el ejercicio del gobierno”, expresó Prieto en diálogo con este diario el pasado 3 de mayo.
La segunda grieta que hoy amenaza al alcalde ha comenzado a producirse en las fuerzas conservadoras y es encabezada por el concejal Lucas Cañas, quien también avanza en su campaña a la Alcaldía y ha endurecido su tono contra el mandatario, pese a liderar el año pasado a su coalición de gobierno en el Concejo.
Aunque Cañas es cauto al ser interrogado por su posición ante los proyectos más álgidos que tiene en curso la administración distrital, como por ejemplo las transferencias adicionales de EPM, el concejal asegura que sí hubo una fractura entre él y el gobierno, ocasionada por la campaña.
“Estamos en una etapa de definición de lo que va a ser el gobierno de los próximos cuatro años y cuál va a ser esa apuesta de ciudad alrededor de los temas sociales, de seguridad, movilidad. Ahí hay un distanciamiento claro, porque el alcalde quiere perpetuar su gobierno en cabeza de Juan Carlos Upegui o de Albert Corredor, que lo representan, hacen parte de su proyecto y son sus amigos. En ese orden de ideas, nosotros nos tenemos que distanciar, porque representamos cosas distintas. Una cosa es haber acompañado el cumplimiento del Plan de Desarrollo y otra acompañar al gobierno para perpetuarse en el poder en los cuatro años siguientes”, expresó Cañas.
Además de admitir ese distanciamiento, Cañas agregó que durante esta semana la bancada conservadora se reunirá para analizar si permanece en la coalición de gobierno y cuál será su estrategia de campaña para este año.
La tercera grieta, y no menos importante, estaría abriéndose paso en el Partido Alianza Verde, también por cuenta de uno de los otrora aliados más cercanos de Quintero, el concejal Jaime Cuartas, quien a pesar de presidir el Concejo en 2021, recientemente señaló no ver con buenos ojos que Quintero fuera postulado por Petro como representante de su proyecto político en las elecciones nacionales de los próximos tres años.
Para conocer si esas críticas también se traducirán en una postura diferente en el Concejo, EL COLOMBIANO consultó con Cuartas, quien hasta el cierre de esta edición no respondió a los requerimientos de prensa.
Hasta comienzos de este año, la Alcaldía ha logrado gobernar con un bloque de entre 11 y 12 concejales que han neutralizado a una oposición de 9 corporados. Con el distanciamiento de Cañas, Cuartas y la curul liberal que ocupará Mejía, la balanza podría inclinarse en el lado contrario.
Las apretadas cuentas del alcalde Quintero han quedado expuestas en debates como la venta de UNE, en la que por una estrecha diferencia la Alcaldía no logró tener luz verde para esa enajenación, cuando la plenaria negó la iniciativa con 10 votos negativos y solo 9 positivos.